Astronomía de ida y vuelta
De forma suave, arrastrados por el viento solar hasta más allá de la nube Oort, se vuelven a tejer en la noche transneptuniana los harapos...

Van recobrando su forma y sus colores mientras flotan en la oscuridad, se sacuden el polvo interestelar y se sienten en una nebulosa durante su regreso, ya recompuestos, como pequeños meteoros de sonrisa incandescente.
Al llegar, poco a poco, la gravedad hace bien su trabajo.
Aparecen las arrugas. Y más tardes los rotos. Y así hasta que, hechos jirones, fantasean con dejarse arrastrar otra vez por el viento solar, como en aquel sueño ingrávido y lejano, hasta algún lugar en el que volver a ser y, otra vez, volver a empezar.